Sigmund Freud veía la cultura como ese conjunto de cosas que nos ayudan a poder vivir en sociedad. Lamentablemente necesitamos de un cierto nivel de liderazgo por parte de alguien o de alguna institución que nos diga cómo vivir sin ofender a otro, sin dañarnos a nosotros mismos, a los demás y a nuestro medio, y respetándonos en todo sentido. Digo lamentablemente porque quizás veo las cosas un tanto utópicas y me parece que lo ideal es que no necesitemos todo eso, sino que seamos capaces de convivir así como somos capaces de respirar. De igual forma, pienso que el liderazgo y el poder muchas veces se escapan de las manos de quienes lo poseen y los hace olvidar la razón de por qué lo tienen.
Particularmente me considero una persona muy tranquila. Soy de las que les parece bien cumplir ciertas reglas si con ello se puede lograr un bien del que todos nos podamos ver beneficiados. También creo en aquello de aplicar el refrán “no hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti”, es una buena forma de comenzar a tratar a otras personas. Creo que sé distinguir bastante bien lo que es comúnmente aceptado como bueno de lo que es comúnmente aceptado como malo. Por ello, puedo decir que me parece malo el abuso de poder por parte de quienes lo poseen, puesto que si tienen ese poder es porque alguien se los infirió para guiar, servir, proteger... Para hacer cultura.
Así como hay un cierto “acuerdo” universal entre lo que es bueno y lo que es malo, existe un consenso de lo que creemos debe al menos tener todo ser humano; más que tener, a lo que tiene derecho. La declaración Universal de los derechos humanos surge luego de la Segunda Guerra Mundial como un hecho escrito del compromiso de las naciones pertenecientes a la ONU de velar porque no se violen los derechos básicos de cada persona. La meta es acercarse cada vez más al cumplimiento cabal de estos artículos que si bien no son leyes, se les da esa misma importancia al tenerlos escritos en un documento. Sí, es lamentable que exista la necesidad de ver escritas en un papel las cosas que sabemos para darles la misma importancia y respeto que le tenemos a las leyes. Pero por algo se empieza… Y si nosotros como seres humanos necesitamos que una autoridad nos recuerde que las demás personas tienen derechos, que somos semejantes y que todos merecemos ser tratados de buena manera, esta declaración es una buena forma de comenzar.
Particularmente me considero una persona muy tranquila. Soy de las que les parece bien cumplir ciertas reglas si con ello se puede lograr un bien del que todos nos podamos ver beneficiados. También creo en aquello de aplicar el refrán “no hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti”, es una buena forma de comenzar a tratar a otras personas. Creo que sé distinguir bastante bien lo que es comúnmente aceptado como bueno de lo que es comúnmente aceptado como malo. Por ello, puedo decir que me parece malo el abuso de poder por parte de quienes lo poseen, puesto que si tienen ese poder es porque alguien se los infirió para guiar, servir, proteger... Para hacer cultura.
Así como hay un cierto “acuerdo” universal entre lo que es bueno y lo que es malo, existe un consenso de lo que creemos debe al menos tener todo ser humano; más que tener, a lo que tiene derecho. La declaración Universal de los derechos humanos surge luego de la Segunda Guerra Mundial como un hecho escrito del compromiso de las naciones pertenecientes a la ONU de velar porque no se violen los derechos básicos de cada persona. La meta es acercarse cada vez más al cumplimiento cabal de estos artículos que si bien no son leyes, se les da esa misma importancia al tenerlos escritos en un documento. Sí, es lamentable que exista la necesidad de ver escritas en un papel las cosas que sabemos para darles la misma importancia y respeto que le tenemos a las leyes. Pero por algo se empieza… Y si nosotros como seres humanos necesitamos que una autoridad nos recuerde que las demás personas tienen derechos, que somos semejantes y que todos merecemos ser tratados de buena manera, esta declaración es una buena forma de comenzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario